¿Está cambiando el papel de los profesores?

Cuando pusimos en marcha CodeMonkey en 2013 solíamos afirmar con frecuencia que habíamos ideado una forma de que los niños aprendieran a codificar por sí mismos, ¡sin necesidad de profesores de informática! Para los expertos del sector esta proposición sonaba tentadora. No había suficientes profesores de Informática formados disponibles para las escuelas primarias para satisfacer la demanda en rápido crecimiento de educación en Informática en edades tempranas. Los educadores, en cambio, se mostraron escépticos. Los niños necesitan profesores para aprender, decían, y los profesores no pueden ser sustituidos por aplicaciones educativas, vídeos y juegos. A medida que nos adentrábamos en el negocio K-12, hemos ido aprendiendo que los escépticos tenían razón. Los datos de uso en el servidor de CodeMonkey mostraban sistemáticamente que cuando hay un padre o un profesor implicado en el proceso de aprendizaje de los niños, nuestros jóvenes alumnos obtienen mejores resultados. Para ser más específicos, en nuestro curso insignia de codificación “Coding Adventure” los niños alcanzan niveles más altos de media cuando aprenden como parte de un aula de estudiantes dirigida por un profesor real.
Esta constatación no ha hecho que CodeMonkey sea inútil. Sigue siendo una herramienta muy poderosa para ayudar a los profesores a enseñar a los niños a codificar y para ayudar a los sistemas educativos (distritos escolares, centros de aprendizaje extraescolar, etc.) a escalar eficientemente la enseñanza de las Ciencias de la Computación: Los profesores son importantes, pero con CodeMonkey no necesitan tener conocimientos de codificación ni pasar por una larga y costosa formación en Ciencias de la Computación. CodeMonkey no sustituye a los profesores, los capacita.
Esta experiencia que tuvimos con los profesores y CodeMonkey es sólo uno de los muchos ejemplos que se pueden ver a nuestro alrededor hoy en día. La tecnología posibilita experiencias de aprendizaje asombrosas que permiten a los niños adquirir conocimientos y habilidades que los adultos que les rodean tal vez ni siquiera tengan ellos mismos. Por lo general, los niños siguen aprendiendo mejor cuando hay un profesor o un padre o apoyándoles, pero esa persona no tiene por qué ser la fuente de la habilidad o el conocimiento que se está adquiriendo.
Para la semana de agradecimiento a los profesores, volví atrás y traté de recordar las experiencias más significativas que tuve con mis profesores mientras crecía, y las experiencias que los alumnos tuvieron conmigo y que creo que fueron las más valiosas para ellos. Tanto con mis profesores como con mis alumnos, la transferencia de habilidades y conocimientos no era lo esencial. Para mí, el principal atractivo con mis profesores era observar a un adulto que sentía pasión por la materia que enseñaba. Era inspirador ver que después de tantos años seguían manteniendo su curiosidad por las preguntas y las ideas de los alumnos. Como educadora, creo que mi principal contribución a mis alumnos fue crear una sensación de confianza y apoyo, transmitiéndoles que estaba implicada en su crecimiento académico y que confiaba en su potencial de aprendizaje. ¿Cuál fue el núcleo de sus atesoradas experiencias profesor-alumno? ¡Comente a continuación! 🙂